135 años de historia y más de 80 en manos de la provincia de Buenos Aires ofreciendo espectáculos y propuestas culturales de calidad a la comunidad, producidos de forma integral por artistas, profesionales y personal especializado.
El comienzo: los vecinos de la ciudad de La Plata
La ciudad de La Plata, fundada el 19 de noviembre de 1882 por el Dr. Dardo Rocha, fue diseñada con una gran planificación urbanística, pero sin prever la construcción de un teatro. Ante esta carencia, un grupo de vecinos fundó en 1885 la Sociedad Anónima Teatro Argentino y adquirió el terreno ubicado entre las avenidas 51 y 53 y las calles 9 y 10, con el objetivo de erigir allí una sala de espectáculos.
El arquitecto italiano Leopoldo Rocchi fue el encargado de diseñar un edificio imponente de estilo renacentista con una planta en forma de herradura, que contaba con 5 niveles y capacidad para más de 1.500 personas. Después de cinco años de construcción, el Teatro Argentino inauguró sus puertas el 19 de noviembre de 1890, en simultáneo al octavo aniversario de la ciudad, con la ópera Otello de Verdi y un elenco encabezado por la soprano italiana Elvira Colonnese, el tenor uruguayo José Oxilia, el barítono Pietro Cesari y la mezzosoprano Margarita Preziosi. Así se levantaba por primera vez el telón, iniciando una rica tradición cultural en la ciudad.
Por su escenario desfilaron los nombres más destacados del panorama internacional de cada época y disciplina, como los cantantes María Barrientos, Luisa Tetrazzini, Emma Carelli, Tita Rufo, Fedora Barbieri, Tito Schipa, Beniamino Gigli, Marian Anderson y Mario del Mónaco; los bailarines Ana Pavlova, Dore Hoyer; los músicos Pietro Mascagni, Richard Strauss (junto a la Orquesta Filarmónica de Viena), Arthur Rubinstein, Andrés Segovia, Alexander Brailowsky, Claudio Arrau, Pablo Casals y Yehudi Menuhin, y las actrices María Guerrero y Eleonora Duse. Junto a ellos descollaron artistas nacionales, algunos iniciaron en La Plata una brillante trayectoria que habrían de proseguir ante diferentes públicos del país y del exterior; otros, alcanzaron sobre sus tablas la consagración definitiva.
De esta forma se iniciaba la historia de una institución llamada a convertirse en una de las principales difusoras de las artes musicales, líricas y coreográficas y posteriormente en un emblema de la cultura provincial.
El paso a manos de la provincia de Buenos Aires y la creación de los cuerpos estables
En 1937, debido a problemas financieros de la sociedad que gestionaba el teatro, el gobierno de la provincia de Buenos Aires asumió la administración del Teatro Argentino constituyéndose en una institución cultural de carácter oficial. Tras una profunda refacción del edificio se pensó en una estructura que permitiera montar espectáculos íntegramente, creándose la Orquesta Estable (1938), el Coro Estable y el Ballet Estable (1946).
Desde entonces, el público pudo acceder a obras sinfónicas, sinfónico corales y de cámara; óperas, operetas y zarzuelas; ballet clásicos y otras expresiones de la danza, configurándose un amplio repertorio. Estos cuerpos tuvieron el apoyo de los distintos sectores técnicos con los que el Teatro emprendió destacadas temporadas, alternadas en época estival con el Anfiteatro Martín Fierro del Paseo del Bosque. Y también continuaron pasando célebres figuras como Vittorio Gassman, Beniamino Gigli, Tito Schipa, Marian Anderson, Dore Hoyer e Iris Scaccheri, consolidándose como un referente cultural de la provincia.
El incendio e inicio de una larga etapa itinerante
El 18 de octubre de 1977 el Teatro Argentino tuvo el día más dramático de su historia: a las 14:30, mientras ensayaba el ballet, se desató un voraz incendio en el escenario que en pocas horas redujo a cenizas la sala de estilo renacentista. Permanecieron en pie el foyer, las paredes perimetrales y la estructura con forma de herradura que abrazaba la sala
Ante el desgraciado suceso y más allá de la resistencia y la oposición de los trabajadores y trabajadoras del Argentino, especialistas, expertos internacionales y entidades de preservación del patrimonio cultural que sostenían la posibilidad de la reconstrucción, las autoridades gubernamentales de entonces decidieron la demolición total del edificio y la construcción, en el mismo sitio, de un gran complejo artístico-cultural. Las obras del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino se iniciaron en 1980 y el plazo para su terminación se calculó inicialmente en cuatro años. Sin embargo, los trabajos sufrieron constantes retrasos y frecuentes períodos de paralización.
Sin sede propia, el personal del Teatro debió repartirse por distintos sitios de la ciudad para seguir desempeñando sus tareas. En 1987, cuando las autoridades provinciales vieron la demora que padecía el levantamiento del nuevo complejo, decidieron alquilar mientras tanto la sala del ex cine Rocha.
Reformado para cumplir su cometido, el ámbito de la calle 49 entre 7 y 8 cobijó, desde entonces, las óperas, los ballet y los conciertos programados. Se sumaron a este esfuerzo conjunto los más destacados artistas nacionales de las distintas disciplinas que acompañaron a los cuerpos estables. Allí se celebró en 1990 el Centenario del Teatro con la puesta en escena de “Otello”, la ópera de Verdi que cien años atrás había inaugurado la institución.
Un nuevo comienzo
Finalmente, el 12 de octubre de 1999 se inauguró la sala principal, a la que posteriormente se denominó Alberto Ginastera, del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, con un programa que incluyó, en su primera parte, el ballet “Tango en Gris” con coreografía de Oscar Araiz y música de Atilio Stampone, y en el complemento, un concierto lírico en el que se interpretó fragmentos de óperas de los compositores Giuseppe Verdi, Charles Gounod, Umberto Giordano y Gaetano Donizetti. La sala posee la forma tradicional “a la italiana” en herradura, y entre plateas y los tres niveles de palcos y galerías está en condiciones de albergar a 2000 espectadores.
Unos meses después, el 22 de mayo de 2000, quedó inaugurada la Sala Astor Piazzolla, dedicada a las artes de cámara con capacidad para 300 espectadores. Asimismo, en el primer subsuelo fue habilitada la Sala de Exposiciones Emilio Pettoruti, espacio en el que se realizan grandes muestras destinadas a las artes plásticas, y los foyers de cada uno de los niveles de la sala principal cobraron un importante rol a la hora de exponer obras de las más variadas técnicas, incluyendo un museo permanente del Centro de las Artes.
La vuelta a una sede propia y nueva del Teatro Argentino dio el espacio para las distintas y múltiples tareas del personal y significó no sólo volver a recibir y brindar al público la profesionalidad de sus cuerpos estables de Ballet, Coro y Orquesta, ya de gran trayectoria y reconocimiento, sino también a destacados artistas extranjeros y a los más relevantes solistas y agrupaciones musicales del país; a lo que se sumaron la apertura de nuevos espacios para distintos públicos y programas especiales: desde recorridos guiados, programas de Extensión Cultural destinadas a niños, adolescentes y tercera edad, Iniciación al Canto Coral (ICC), las creaciones del Centro de Experimentación y Creación (TACEC) -para albergar a las vanguardias artísticas y el cruce interdisciplinario- y la Escuela de Arte y Oficios (TAE) para jóvenes; obras producidas en conjunto por los distintos espacios, ensayos abiertos, charlas y festivales; hasta el programa Ópera Estudio para jóvenes cantantes son o han sido parte del desarrollo contemporáneo del Argentino.
Con desafíos constantes, como tuvieron aquellos soñadores vecinos en su inicio, el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino persiste en el objetivo de difundir las artes, ampliándolo, manteniendo la pertenencia e identificación como emblema cultural de la provincia, en el entorno de una ciudad con la que creció a la par y siendo un legado vivo para las futuras generaciones.
